Hoy soy versos, hoy soy líneas, soy palabras, soy tinta y tu, mi musa, ¿cómo le vas a hacer para soportar a este loco escritor empedernido que sólo piensa en ti, que te prosa hasta el caminar, que va poniéndole encima el lápiz a cada acto que tu ejecutas? Y es que con razón porque cada movimiento tuyo es canción, es poesía pura. Este hombre ha andado por la vida y no en busca de tu amor, sino esperándolo, deseando si quiera una mirada de tus bellos y cristalinos ojos color transparente, este hombre, que está aquí sentado escribiéndote adora tu belleza y se niega rotundamente a que tu esplendor sea sólo visual, contigo la belleza huele, sabe, se escucha, se siente, a mi tu belleza no me toca los ojos, me toca el alma, me mueve las fibras, el suelo es inestable cuando pienso en ti y en todo lo que representas para mi. Esas son las consecuencias de escribirte, de pensarte y reproducirte en mis hojas manchadas, llenas de rayones y sentimientos cautivos. Mi cuaderno se place en verme utilizar sus hojas para inmortalizarte, es un deleite dibujarte en prosa en cualquier hoja que vea por ahí con palabras que dedico a tu presencia y tu forma de andar por el mundo. Este loco te quiere para él, pero no como pertenencia, no como objeto, sino como algo que se quiere para admirar, como una mariposa, que vuela con libertad y que alimenta mi felicidad al observarla realizar sus piruetas en el aire con sus bellos colores y su forma de tomar esas corrientes de aire que hacen que prácticamente baile en el aire; eso eres, como una mariposa para mi, te quiero libre, pero conmigo.
No sé si entiendas a este loco y no pretendo que lo hagas, sólo quiero expresarte lo que mi ser irradia hacía ti, hermosa musa mía.
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