lunes, 8 de septiembre de 2014

Desperté.

Desperté esta mañana y decidí dar un paseo al rió, a un costado hay un arce blanco y bajo él es donde encuentro mi paz, todos los días, excepto hoy… peces muertos sobre el agua que corría de las montañas, regrese a mi hogar, había crisis en todo el mundo, países en guerra, enfermedades aún sin motivo aparente, ciudades sin recursos ni alimentación, el mundo comenzaba siendo un caos y un planeta al que si pudiese abandonaría, la gente olvidaba su humanidad, olvidaba su lugar de origen y sobre todo parecían olvidar sus momentos de felicidad. El hogar perdía su protección, nadie contagiaba felicidad y por ende el estrés presionaba a la tierra…
Y ante toda circunstancia nunca olvide mirar al cielo, allá en las estrellas imaginaba que existían planetas llenos de árboles o quizá un mejor lugar para habitar, y aunque estuve a punto de olvidar que mis alas me podían llevar al lugar que quisiese, no lo olvide, y pude mezclarme entre la multitud furiosa con el clima, pero preferí refugiarme en sus brazos, preferí perderme en sus labios antes que perderme en una calle solitaria, pude olvidar respirar , pero preferí olvidar al mundo; si decidía habitar en sus ojos, al día siguiente todo estaría bien.

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