Mis dedos rozaran tus venas mientras tú mirarás la luna de la misma manera en que me miras hoy, con una sonrisa hechizante propagando insomnio en los sueños que han dormido. Canto de cuna tu risa será, tu voz silenciará al silencio rompiéndolo de toda oscuridad; de la misma manera en que lo haces hoy. Yo observare cada centímetro de materia que te hace ser, los lunares que habitan en tu cuello y las galaxias que coexisten en tus ojos. Nuestras almas se habrán unido más que hoy, por el medio predilecto del que ya te he contado, amar.
Escucharemos un el canto de las aves y nos sorprenderemos por la paz que lanzan al aire, al alejado, al triste, al inhumano y al corazón.
Tú estarás sana y beberemos café de la misma taza, como hemos vivido en el mismo universo.
Mis labios seguirán dejando arte en tu cuerpo y tus caricias dejarán cicatrices en mi espalda pero jamás dolerán como las que existen en mi alma. Sabré que los segundos serán cortos para amarte, pero cada uno de ellos será aprovechado. No deseo otra cosa para mañana, dentro de diez años te seguiré viendo de la misma manera en que lo hago hoy. Si dejas de quererme en esos diez años, te dejare en claro que no debes preocuparte por ser nada en este mundo, porque yo te seguiré amando, te seguiré escribiendo, te seguiré dibujando y te seguiré esperando.
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